sábado, diciembre 26, 2015

A mi madre


Tu espíritu ha iniciado la gran travesía.
Tu cuerpo físico ya no existe.
Tu gran amor y excepcional devoción siempre vivirán en mi recuerdo.
Nos diste todo lo que tus hijos necesitábamos, lo que tu esposo esperaba de tí, cumpliste con él totalmente a lo largo de los 62 años en que se conocieron, 57 de los cuales estuvieron felizmente casados y él te correspondió con el mismo cariño durante toda esta vida juntos en la que se acompañaron y apoyaron mutuamente a cada momento, hasta el último momento.
Así que puedes irte tranquila, aquí cumpliste con creces, te fuiste en mis brazos tan rápidamente pero sin dolor, sin angustias, plácidamente.
Mucha más gente de la que imaginas te está llorando pues fuiste un ejemplo para ellos, puedes ya descansar en paz.
Mi vida valió la pena por el hecho de haberte tenido como madre.
Gracias mamá.

Doris
22 de septiembre de 1930 - 22 de diciembre de 2015.