19 años después de la fundación de Mérida
(1542) en 1561, por petición del rey Felipe II, se erigió en catedral a la
iglesia de la capital yucateca y se le dio por titular, a San Idelfonso,
Arzobispado de Toledo. 37 años más tarde, se concluyó la edificación en 1598, al
cual se le agregaron posteriormente otros detalles. Su único adorno de orden civil, es el
emblema nacional mexicano de la época colonia.
La maquinaria del enorme reloj que ostenta
fue construida en Londres (1731) y dió las horas hasta 1871.
Algunos investigadores reconocieron restos
de columnas mayas (tambores) que forman parte de la pared norte del templo. En
ese mismo sitio, donde hasta hoy se encuentran varias cruces de madera, está la
entrada a un manantial clausurada desde hace mucho y que se reconoce por un arco
tapiado.
Su estilo arquitectónico es morisco en las
torres e interior, y la fachada es renacentista.
Tiene retablos de estilo barroco, guardando
entre sus muros, recuerdos de hechos históricos y de leyendas.
En el interior se pueden admirar la capilla
del Cristo de las ampollas (1656), el bautisterio y capilla del sagrario (1904),
la sacristía y capilla de San José (1610), así como la capilla del rosario
(1610).
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