TARZAN, un hombre muy mono.
Sábado por la mañana, navegando en un océano de tedio, el control remoto de la TV se había convertido en un salvavidas al pulsar un botón tras otro tratando de mantenerme a flote recorriendo, la para mí, poco conocida programación matutina, y me encuentro con cosas sin sentido y de simplicidad total, particularmente aborrecibles son esos comerciales de una hora de duración, “infomerciales” les dicen ahora, de manufactura deplorable que tratan de convencernos de adquirir infinidad de utensilios de cocina, aspiradoras, herramientas varias y milagrosas pociones para bajar de peso, entre muchas otras chucherías.
En eso estaba cuando me sorprende encontrarme con una nueva versión de un viejo clásico del cine y la TV, “Tarzan, el Señor de los simios”, hasta entonces no sabía de esta nueva versión de serie de TV que sin duda resultó decepcionante; bastante simplona, sin mayor interés mucho menos emoción, en comparación con las películas del Hombre Mono hechas por Johnny Weissmuller y la serie de TV por Ron Ely, de llamar la atención es que los negros que salen, al menos lo dejaron en África, se ven muy asépticos: negros bonitos y no muy negros, como para no ofender a los caucásicos del vecino del norte con demasiada negritud, viendo a este nuevo Tarzan (no sé el nombre del actor), me pongo a pensar en todos los Tarzanes anteriores y me sorprende ver que a pesar de vivir en medio de la jungla y casi incomunicado, siempre se las arregla para estar a la moda y este no es la excepción pues para estar a tono con estos tiempos se ve bastante anoréxico.
El recordar a Tarzan hace que venga a mi mente uno de los grandes misterios que ha atormentado mi existencia, el cual creo nunca podré esclarecer y que al parecer me seguirá oprimiendo: Tarzan vive en medio de la selva, criado por simios a la muerte de sus padres, sus tratos con otros humanos han sido muy fugaces por lo que es representado en su aspecto medio desnudo con su famoso taparrabos, con el cabello muy largo o desaliñado, pero sin embargo hay una característica en Tarzan; no importa que tan largo y alborotado tenga el cabello... ¡el tipo siempre está con una afeitada perfecta! ¿Cómo es eso? Sin duda hay muchos misterios por resolver y este es uno con el que tendré que lidiar el resto de mi vida.
domingo, agosto 31, 2003
jueves, agosto 28, 2003
HORMIGAS
Ir al centro de esta gran metrópoli es realmente todo un calvario, el tráfico pesadísimo y ríos de gente por doquier, parece un gigantesco hormiguero, lo que me puso a pensar que al igual que en la nuestra, en la sociedad de las hormigas, el nido, cada individuo tiene una función específica, desde la reina cuyo único objetivo es perpetuar la especie, hasta la más diminuta obrera que dedica su breve y frenética existencia a estar reparando constantemente el nido, pasando por las exploradoras que buscan el alimento, las cortadoras que transportan el alimento al nido, las nodrizas que se dedican a transportar y cuidar de las larvas, las alimentadoras que recorren todo el hormiguero con comida para alimentar a las demás, las soldados dedicadas a la protección del nido, las granjeras que cultivan hongos en lo profundo del hormiguero, en fin una sociedad realmente completa y que a pesar del aparente caos todo está perfectamente bajo control, sin duda por eso al ver una gran multitud de personas a la distancia se suele decir; “parecen hormigas”, pero...
Las hormigas dedican su existencia únicamente al bienestar y protección de su sociedad.
Las hormigas dejan un rastro para evitar que las otras se pierdan.
Las hormigas buscan alimento para proveer a las demás
Las hormigas dejan sus deberes cuando el nido es atacado para ser solo uno en su defensa.
Las hormigas van a la muerte si con ello pueden salvar a las demás.
Las hormigas se apoyan mutuamente.
No, lamentablemente no somos hormigas.
Ir al centro de esta gran metrópoli es realmente todo un calvario, el tráfico pesadísimo y ríos de gente por doquier, parece un gigantesco hormiguero, lo que me puso a pensar que al igual que en la nuestra, en la sociedad de las hormigas, el nido, cada individuo tiene una función específica, desde la reina cuyo único objetivo es perpetuar la especie, hasta la más diminuta obrera que dedica su breve y frenética existencia a estar reparando constantemente el nido, pasando por las exploradoras que buscan el alimento, las cortadoras que transportan el alimento al nido, las nodrizas que se dedican a transportar y cuidar de las larvas, las alimentadoras que recorren todo el hormiguero con comida para alimentar a las demás, las soldados dedicadas a la protección del nido, las granjeras que cultivan hongos en lo profundo del hormiguero, en fin una sociedad realmente completa y que a pesar del aparente caos todo está perfectamente bajo control, sin duda por eso al ver una gran multitud de personas a la distancia se suele decir; “parecen hormigas”, pero...
Las hormigas dedican su existencia únicamente al bienestar y protección de su sociedad.
Las hormigas dejan un rastro para evitar que las otras se pierdan.
Las hormigas buscan alimento para proveer a las demás
Las hormigas dejan sus deberes cuando el nido es atacado para ser solo uno en su defensa.
Las hormigas van a la muerte si con ello pueden salvar a las demás.
Las hormigas se apoyan mutuamente.
No, lamentablemente no somos hormigas.
martes, agosto 26, 2003
¡CÓMPRAME ALGO!
¿Cómo educar a los hijos? No creo que exista una respuesta concreta ya que para esto existe una gran mezcla de factores, por un lado los valores de los padres, por el otro el medioambiente en el que el niño va interactuando, y claro que muy importante es el carácter que va desarrollándose en la criatura.
Me gustan los niños, pero me resultan particularmente molestos esos chamacos a los que todos se les da, todo se les conciente volviéndolos personas déspotas, prepotentes, egoístas y caprichosas precisamente el tipo de persona que detesto, aunque no se puede generalizar en las causas pues como dije lo importante es el carácter que el niño va desarrollando y no necesariamente ésos consentimientos tienen que provocar esa actitud, yo soy prueba de ello; por ser el primero, de dos hijos, un hijo muy esperado, mis padres me consintieron a más no poder, pero gracias a Dios no me convertí en ese tipo de personas caprichosas que tanto odio, afortunadamente la herencia genética sobrevive a los factores externos, si llego a formar mi familia y tengo hijos, bueno no yo sino mi esposa, seguramente seré muy consentidor pero trataré de que eso no los convierta en personas odiosas que basen todo en lo material, ¿cómo? Aun no tengo idea.
¿Y a que viene todo esto? Pues precisamente esta tarde me he topado con un par de “adorables” engendros que me han dejado con ganas de emular a Herodes, en particular el primero; voy de regreso al hogar cuando en el metro frente a mí se sientan una señora y su pequeño retoño de unos 4 años, bueno la mamá no llega a sentarse pues el querubín decide que ambos asientos son para él, cuando la madre está por depositar el trasero en el asiento el niño grita a todo pulmón:
-¡¡¡Nooooooooo!!! ¡¡¡Nooooooooo!!!
Rápidamente se acuesta a lo largo de los asientos para impedir que la madre se siente, pero al tratar de hacerlo a un lado el angelito comienza a patalear y a lanzar estridentes gritos:
-¡¡¡Nooooooooo!!!
-¡¡¡Aiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiik!!!
-¡¡¡Aiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiik!!!
-¡¡¡Aiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiik!!!
Un alarido tan fuerte y en un tono tan agudo que sentía como taladraba mi cerebro, pero la madre sin inmutarse, como ya muy acostumbrada a esas rabietas dice
-Bueno pero tan siquiera déjame poner ahí la bolsa.
-¡¡¡Nooooooooo!!! ¡¡¡Nooooooooo!!!
-¡¡¡Aiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiik!!!
-¡¡¡Aiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiik!!!
Yo nunca he sido partidario de pegarles a los niños, pero este se lo estaba ganando a pulso, y seguía el chamaco berreando hasta que por fin dice la mamá:
-Bueno, como tú quieras.
Lo que me hizo ver que al escuincle nunca le han puesto la mano encima y apenas vio su triunfo sobre su progenitora, la adorable criatura calla y comienza a jugar felizmente tendido sobre los dos asientos, cuando ya estaba satisfecho de su obra; controlar a la madre y dejarme un horrible dolor de cabeza a causa de sus chillidos que habían desgarrado mis tímpanos, en ese momento noto que no era yo el único en ver a ese pequeño humano con odio pues realmente había traumado a todo el pasaje, y lo que más coraje dio es que a la madre nunca le importó, de hecho un par de veces el niño le dio unas patadas y aun así no hizo nada por reprimir su terrible rabieta de niño consentido, y así lo seguía consintiendo aun más.
El segundo encuentro ocurre cuando estoy por llegar a mi anhelada meta, mi casa; a la distancia veo a esta pequeña niña de unos 3 años siendo llevada casi a rastras por la madre, la niña realmente muy curiosa con su coqueto vestidito lloraba a mares y trataba de jalar a su progenitora en dirección contraria, en unos de los tirones la pequeña logra librarse del yugo materno y en vez de correr, como por un momento pensé que lo haría, se tira al suelo para revolcarse y continuar llorando y entre sus lamentos descubro el motivo de su protesta:
-¡¡¡Iiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiaaaaaaaaaaaa!!!
-¡¡¡Iiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiaaaaaaaaaaaa!!!
-¡¡¡Cómprame algo!!! ¡¡¡Cómprame algo!!!
De hecho la escena resultaría bastante cómica de no ser porque sus estridentes y muy agudos chillidos taladraban violentamente mis ya muy dañados tímpanos y el dolor de cabeza comenzaba a resurgir, la madre con gran calma y gran tedio le dice:
-ya levántate, se nos hace tarde.
Después de un rato de ver como la pequeña simplemente la ignoraba y seguía pataleando en el suelo, por fin la madre decide levantarla y llevársela cargando, lo que provocó que aumentara el volumen de sus chillidos y el tono de su petición:
-¡¡¡Cómprame algo!!! ¡¡¡Cómprame algo!!!
¿Será el amor de padres realmente ciego? En fin, no lo sé, mejor me voy pues se me ha antojado comprarme algo.
¿Cómo educar a los hijos? No creo que exista una respuesta concreta ya que para esto existe una gran mezcla de factores, por un lado los valores de los padres, por el otro el medioambiente en el que el niño va interactuando, y claro que muy importante es el carácter que va desarrollándose en la criatura.
Me gustan los niños, pero me resultan particularmente molestos esos chamacos a los que todos se les da, todo se les conciente volviéndolos personas déspotas, prepotentes, egoístas y caprichosas precisamente el tipo de persona que detesto, aunque no se puede generalizar en las causas pues como dije lo importante es el carácter que el niño va desarrollando y no necesariamente ésos consentimientos tienen que provocar esa actitud, yo soy prueba de ello; por ser el primero, de dos hijos, un hijo muy esperado, mis padres me consintieron a más no poder, pero gracias a Dios no me convertí en ese tipo de personas caprichosas que tanto odio, afortunadamente la herencia genética sobrevive a los factores externos, si llego a formar mi familia y tengo hijos, bueno no yo sino mi esposa, seguramente seré muy consentidor pero trataré de que eso no los convierta en personas odiosas que basen todo en lo material, ¿cómo? Aun no tengo idea.
¿Y a que viene todo esto? Pues precisamente esta tarde me he topado con un par de “adorables” engendros que me han dejado con ganas de emular a Herodes, en particular el primero; voy de regreso al hogar cuando en el metro frente a mí se sientan una señora y su pequeño retoño de unos 4 años, bueno la mamá no llega a sentarse pues el querubín decide que ambos asientos son para él, cuando la madre está por depositar el trasero en el asiento el niño grita a todo pulmón:
-¡¡¡Nooooooooo!!! ¡¡¡Nooooooooo!!!
Rápidamente se acuesta a lo largo de los asientos para impedir que la madre se siente, pero al tratar de hacerlo a un lado el angelito comienza a patalear y a lanzar estridentes gritos:
-¡¡¡Nooooooooo!!!
-¡¡¡Aiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiik!!!
-¡¡¡Aiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiik!!!
-¡¡¡Aiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiik!!!
Un alarido tan fuerte y en un tono tan agudo que sentía como taladraba mi cerebro, pero la madre sin inmutarse, como ya muy acostumbrada a esas rabietas dice
-Bueno pero tan siquiera déjame poner ahí la bolsa.
-¡¡¡Nooooooooo!!! ¡¡¡Nooooooooo!!!
-¡¡¡Aiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiik!!!
-¡¡¡Aiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiik!!!
Yo nunca he sido partidario de pegarles a los niños, pero este se lo estaba ganando a pulso, y seguía el chamaco berreando hasta que por fin dice la mamá:
-Bueno, como tú quieras.
Lo que me hizo ver que al escuincle nunca le han puesto la mano encima y apenas vio su triunfo sobre su progenitora, la adorable criatura calla y comienza a jugar felizmente tendido sobre los dos asientos, cuando ya estaba satisfecho de su obra; controlar a la madre y dejarme un horrible dolor de cabeza a causa de sus chillidos que habían desgarrado mis tímpanos, en ese momento noto que no era yo el único en ver a ese pequeño humano con odio pues realmente había traumado a todo el pasaje, y lo que más coraje dio es que a la madre nunca le importó, de hecho un par de veces el niño le dio unas patadas y aun así no hizo nada por reprimir su terrible rabieta de niño consentido, y así lo seguía consintiendo aun más.
El segundo encuentro ocurre cuando estoy por llegar a mi anhelada meta, mi casa; a la distancia veo a esta pequeña niña de unos 3 años siendo llevada casi a rastras por la madre, la niña realmente muy curiosa con su coqueto vestidito lloraba a mares y trataba de jalar a su progenitora en dirección contraria, en unos de los tirones la pequeña logra librarse del yugo materno y en vez de correr, como por un momento pensé que lo haría, se tira al suelo para revolcarse y continuar llorando y entre sus lamentos descubro el motivo de su protesta:
-¡¡¡Iiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiaaaaaaaaaaaa!!!
-¡¡¡Iiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiaaaaaaaaaaaa!!!
-¡¡¡Cómprame algo!!! ¡¡¡Cómprame algo!!!
De hecho la escena resultaría bastante cómica de no ser porque sus estridentes y muy agudos chillidos taladraban violentamente mis ya muy dañados tímpanos y el dolor de cabeza comenzaba a resurgir, la madre con gran calma y gran tedio le dice:
-ya levántate, se nos hace tarde.
Después de un rato de ver como la pequeña simplemente la ignoraba y seguía pataleando en el suelo, por fin la madre decide levantarla y llevársela cargando, lo que provocó que aumentara el volumen de sus chillidos y el tono de su petición:
-¡¡¡Cómprame algo!!! ¡¡¡Cómprame algo!!!
¿Será el amor de padres realmente ciego? En fin, no lo sé, mejor me voy pues se me ha antojado comprarme algo.
jueves, agosto 21, 2003
IDEAS
"Las ideas tienen que identificarse con los intereses que son sentimientos inferiores pero avasalladores"
Justo Sierra.
"Las ideas tienen que identificarse con los intereses que son sentimientos inferiores pero avasalladores"
Justo Sierra.
martes, agosto 19, 2003
EL APAGÓN
Más que conocida es la historia del apagón de la semana pasada en Estados Unidos y Canadá, el cual se podría calificar de accidental de no ser por ciertas cosas que parecen no embonar y hacen que todo el asunto se vuelva muy sospechoso, en particular que el país suspuestamente más avanzado del planeta aun no sepa que ocurrió, eso sí la primera declaración oficial fué para asegurar que no fue causado por un atentado terrorista, pero si hasta hoy no saben cual fue la causa... ¿cómo pueden asegurar lo que no fue?
Me acabo de enterar de algo que podría indicar que el famoso apagón no fue algo totalmente inesperado; una amiga que trabaja en una firma que brinda asesoría financiera en Toronto, a la que pude volver a contactar hasta ayer, me dijo estar muy enojada con los gringos pues para ella esto no fue un accidente, la tarde anterior al ya mencionado suceso comenzaron a circular rumores en ciertos círculos financieros sobre "algo" próximo a suceder y que si se hacían las operaciones correctas se podrían obtener jugosos dividendos en la bolsa de valores de Nueva York, ella no sabía que podría ser ese "algo" pues eran rumores entre los jefes, y al día siguiente que se va la luz, despues de mediodía cuando las "operaciones correctas" seguramente ya se habrían llevado a cabo, ¿coincidencia?
Como siempre no importa joder a la mayoría si con ello los pocos de la casta privilegiada pueden aumentar sus ganancias, y si esto hace el gobierno de Estados Unidos a su propio pueblo, ¿que podemos esperar que no nos hagan al resto de la humanidad?
"Si uno ha de gobernar, y de seguir gobernando siempre, es imprescindible que desquicie el sentido de la realidad."
"1984", George Orwell.
Más que conocida es la historia del apagón de la semana pasada en Estados Unidos y Canadá, el cual se podría calificar de accidental de no ser por ciertas cosas que parecen no embonar y hacen que todo el asunto se vuelva muy sospechoso, en particular que el país suspuestamente más avanzado del planeta aun no sepa que ocurrió, eso sí la primera declaración oficial fué para asegurar que no fue causado por un atentado terrorista, pero si hasta hoy no saben cual fue la causa... ¿cómo pueden asegurar lo que no fue?
Me acabo de enterar de algo que podría indicar que el famoso apagón no fue algo totalmente inesperado; una amiga que trabaja en una firma que brinda asesoría financiera en Toronto, a la que pude volver a contactar hasta ayer, me dijo estar muy enojada con los gringos pues para ella esto no fue un accidente, la tarde anterior al ya mencionado suceso comenzaron a circular rumores en ciertos círculos financieros sobre "algo" próximo a suceder y que si se hacían las operaciones correctas se podrían obtener jugosos dividendos en la bolsa de valores de Nueva York, ella no sabía que podría ser ese "algo" pues eran rumores entre los jefes, y al día siguiente que se va la luz, despues de mediodía cuando las "operaciones correctas" seguramente ya se habrían llevado a cabo, ¿coincidencia?
Como siempre no importa joder a la mayoría si con ello los pocos de la casta privilegiada pueden aumentar sus ganancias, y si esto hace el gobierno de Estados Unidos a su propio pueblo, ¿que podemos esperar que no nos hagan al resto de la humanidad?
"Si uno ha de gobernar, y de seguir gobernando siempre, es imprescindible que desquicie el sentido de la realidad."
"1984", George Orwell.
jueves, agosto 14, 2003
¿SUERTE?
Recordando mi experiencia del pasado Lunes, descrita en el anterior post, hubo un suceso que primero me dio algo de rabia, pero luego me dio para pensar en muchas cosas:
Ya teníamos un buen rato jugando cuando llega una chica que se sienta frente a nosotros, y en el siguiente juego… ¡gana! Y si digo que me dio algo de rabia es porque ya teníamos más de una hora comprando tarjetitas como idiotas sin ganar nada, y llega esta tipa y ¡en su primer juego gana!
Pero al analizar el suceso me pregunto que fue eso: ¿Suerte? ¿Casualidad? ¿Coincidencia? O como dice Psyhka ¿Causalidad? Cuando se efectúan los sorteos las puertas del salón se cierran, así que para entrar hay que esperar a la pausa entre sorteos, por lo que me pongo a pensar que hubiera sucedido si por alguna razón esta chica hubiera llegado un par de minutos después y no hubiera podido entrar a ése sorteo en particular, si hubiera tenido que esperar hasta el siguiente sorteo, entonces la pregunta es; ¿Hubiera ganado de cualquier manera? ¿Estaba ya escrito en su destino? ¿O solo fue cuestión de estar en el lugar adecuado en el momento correcto?
Ésa es sin duda la gran tragedia de mi vida; el nunca haber encontrado el lugar adecuado y ni haber llegado en el momento correcto.
Recordando mi experiencia del pasado Lunes, descrita en el anterior post, hubo un suceso que primero me dio algo de rabia, pero luego me dio para pensar en muchas cosas:
Ya teníamos un buen rato jugando cuando llega una chica que se sienta frente a nosotros, y en el siguiente juego… ¡gana! Y si digo que me dio algo de rabia es porque ya teníamos más de una hora comprando tarjetitas como idiotas sin ganar nada, y llega esta tipa y ¡en su primer juego gana!
Pero al analizar el suceso me pregunto que fue eso: ¿Suerte? ¿Casualidad? ¿Coincidencia? O como dice Psyhka ¿Causalidad? Cuando se efectúan los sorteos las puertas del salón se cierran, así que para entrar hay que esperar a la pausa entre sorteos, por lo que me pongo a pensar que hubiera sucedido si por alguna razón esta chica hubiera llegado un par de minutos después y no hubiera podido entrar a ése sorteo en particular, si hubiera tenido que esperar hasta el siguiente sorteo, entonces la pregunta es; ¿Hubiera ganado de cualquier manera? ¿Estaba ya escrito en su destino? ¿O solo fue cuestión de estar en el lugar adecuado en el momento correcto?
Ésa es sin duda la gran tragedia de mi vida; el nunca haber encontrado el lugar adecuado y ni haber llegado en el momento correcto.
martes, agosto 12, 2003
YAK
El día de ayer con mi amiga Nathalie fui por primera vez a uno de esos lugares de juegos de azar que están proliferando por todos lados llamados Yak, ella tampoco los conocía pero como le habían regalado unos cupones para obtener algunas jugadas gratuitas, pues decidió ir y me invitó a acompañarla, así pues llegamos al lugar, un gran salón lleno de mesas donde también hay servicio de restaurante, pero es raro el que va a comer pues todos acuden por un solo objetivo; Jugar.
Para jugar hay que comprar un cartón con 15 números acomodados en 3 líneas horizontales, al frente del salón hay un estrado con una urna donde danzan 90 esferas marcadas con números, y van saliendo, y son nombrados, y son marcados, si es que están en la tarjeta, hay dos tipos de premios, por ser el primero en llenar una línea horizontal y el premio mayor al primero que llene la tarjeta cuyo valor es de $10 pesos, suena barato pero después de hora y media de no haber ganado nada, ya es notorio que no es nada barato pues obviamente hay que comprar una tarjeta para cada sorteo los cuales se efectúan ininterrumpidamente solo con breves pausas de 5 minutos entre cada sorteo precisamente para vender las tarjetas.
Durante el sorteo el silencio es total pues se debe de estar al pendiente de los números que están siendo nombrados y esto hace que exista una atmósfera realmente extraña, aunque nadie lo nota al estar absortos, esclavizados por las tarjetas de cartón.
De pronto vino a mi mente Alexei Ivánovich, el atormentado personaje creado por Fedor Dostoievsky en su genial novela “El jugador”, donde retrata como las personas invadidas por la fiebre del juego desperdician las mejores oportunidades al dejar su vida a merced del azar de la ruleta, un juego que anula la voluntad de quien deposita todas sus esperanzas al tan esperado y siempre esquivo golpe de suerte, algo de lo que Dostoievsky podía hablar con toda seguridad pues él mismo lo padeció, y al ver todos esos rostros fijos en esos cartones descubro a muchos Alexei Ivánovich, seres que viven en una especie de infierno al que han caído voluntariamente y del que se resisten a salir mientras tengan un peso que apostar, y si un premio llega a sus manos, su éxtasis es total disfrutando su triunfo y ese premio monetario que en realidad representa una ínfima parte de lo que gastaron para poder obtenerlo.
Sin duda hay dos clases de jugadores; los que juegan solo por la obsesión de hacerlo para disfrutar de la emoción del riesgo, y los que lo hacen depositando sus esperanzas de solución a sus problemas en manos de la Diosa Fortuna, pero en cualquier caso los juegos de azar tienen para muchas personas el “encanto” de ser adictivos, sobre todo cuando por momentos la fortuna parece sonreír. En mi caso después de un rato de comprobar que la dichosa Diosa Fortuna se encontraba seguramente en una galaxia muy lejana, pues el juego no me atrapo como a la mayoría, aunque debo admitir que hubo momentos muy emocionantes como cuando me faltaba un solo número para llenar la tarjeta y durante un buen rato seguían saliendo hasta que alguien finalmente gritó ¡premio! Pero el número que yo esperaba con ansias nunca llegó... ¡Maldito número 49!
El día de ayer con mi amiga Nathalie fui por primera vez a uno de esos lugares de juegos de azar que están proliferando por todos lados llamados Yak, ella tampoco los conocía pero como le habían regalado unos cupones para obtener algunas jugadas gratuitas, pues decidió ir y me invitó a acompañarla, así pues llegamos al lugar, un gran salón lleno de mesas donde también hay servicio de restaurante, pero es raro el que va a comer pues todos acuden por un solo objetivo; Jugar.
Para jugar hay que comprar un cartón con 15 números acomodados en 3 líneas horizontales, al frente del salón hay un estrado con una urna donde danzan 90 esferas marcadas con números, y van saliendo, y son nombrados, y son marcados, si es que están en la tarjeta, hay dos tipos de premios, por ser el primero en llenar una línea horizontal y el premio mayor al primero que llene la tarjeta cuyo valor es de $10 pesos, suena barato pero después de hora y media de no haber ganado nada, ya es notorio que no es nada barato pues obviamente hay que comprar una tarjeta para cada sorteo los cuales se efectúan ininterrumpidamente solo con breves pausas de 5 minutos entre cada sorteo precisamente para vender las tarjetas.
Durante el sorteo el silencio es total pues se debe de estar al pendiente de los números que están siendo nombrados y esto hace que exista una atmósfera realmente extraña, aunque nadie lo nota al estar absortos, esclavizados por las tarjetas de cartón.
De pronto vino a mi mente Alexei Ivánovich, el atormentado personaje creado por Fedor Dostoievsky en su genial novela “El jugador”, donde retrata como las personas invadidas por la fiebre del juego desperdician las mejores oportunidades al dejar su vida a merced del azar de la ruleta, un juego que anula la voluntad de quien deposita todas sus esperanzas al tan esperado y siempre esquivo golpe de suerte, algo de lo que Dostoievsky podía hablar con toda seguridad pues él mismo lo padeció, y al ver todos esos rostros fijos en esos cartones descubro a muchos Alexei Ivánovich, seres que viven en una especie de infierno al que han caído voluntariamente y del que se resisten a salir mientras tengan un peso que apostar, y si un premio llega a sus manos, su éxtasis es total disfrutando su triunfo y ese premio monetario que en realidad representa una ínfima parte de lo que gastaron para poder obtenerlo.
Sin duda hay dos clases de jugadores; los que juegan solo por la obsesión de hacerlo para disfrutar de la emoción del riesgo, y los que lo hacen depositando sus esperanzas de solución a sus problemas en manos de la Diosa Fortuna, pero en cualquier caso los juegos de azar tienen para muchas personas el “encanto” de ser adictivos, sobre todo cuando por momentos la fortuna parece sonreír. En mi caso después de un rato de comprobar que la dichosa Diosa Fortuna se encontraba seguramente en una galaxia muy lejana, pues el juego no me atrapo como a la mayoría, aunque debo admitir que hubo momentos muy emocionantes como cuando me faltaba un solo número para llenar la tarjeta y durante un buen rato seguían saliendo hasta que alguien finalmente gritó ¡premio! Pero el número que yo esperaba con ansias nunca llegó... ¡Maldito número 49!
viernes, agosto 08, 2003
SUEÑOS
Hay veces que cuando se habla de los sueños, se está interesado en establecer si fueron en blanco y negro o a color, pero... ¿y los sonidos?
Y es que he notado que cuando en un sueño alguien me habla, hay veces que véo claramente su rostro pero no distingo si está moviendo los labios, es como si fuera una comunicación telepática, pero lo que sí no puedo recordar es si hay sonidos de fondo, lo que me hace preguntarme: ¿los sueños tienen sonido?
Hay veces que cuando se habla de los sueños, se está interesado en establecer si fueron en blanco y negro o a color, pero... ¿y los sonidos?
Y es que he notado que cuando en un sueño alguien me habla, hay veces que véo claramente su rostro pero no distingo si está moviendo los labios, es como si fuera una comunicación telepática, pero lo que sí no puedo recordar es si hay sonidos de fondo, lo que me hace preguntarme: ¿los sueños tienen sonido?
martes, agosto 05, 2003
VLAD TEPEZ, la sombra del vampiro. II
Los personajes que sobreviven en la historia lo hacen por haber marcado sus vidas con actos de heroísmo, ingenio, bondad o maldad, con el tiempo sus actos son engrandecidos o envilecidos, según la impresión que hayan dejado en el pueblo, el cual al transmitir la historia a través de las generaciones, se va transformando al añadirse la imaginación popular que se mezcla con mitos y leyendas hasta engrandecer a un ser magnánimo, o envilecer a un ser ruin. Sin duda un caso muy representativo es el de Vlad Tepez (o Tepes), obscuro príncipe transilvano del siglo XV que no hubiera pasado de ser uno más de tantos príncipes guerreros que han poblado en gran número la historia europea, de no ser porque sus actos de crueldad extrema quedaron vividamente impresos en la memoria colectiva, actos que mezclados con las tenebrosas leyendas que recorren las aldeas de los Alpes Transilvanos y la Cordillera de los Cárpatos, dieron forma a un ser que traspasó la realidad para convertirse en leyenda, la cual fue retomada 400 años después por Bram Stoker quien la transformó para dar vida a Drácula, el vampiro.
Vlad Tepez nació probablemente en 1431 en Sighisoara, Transilvania, el menor de los dos hijos de Vlad II Dracul, príncipe rumano que toma el trono de Walachei en 1435, punto en constante disputa entre rumanos y turcos, en 1447 Vlad II Dracul y su hijo mayor Mircea, son muertos por los turcos, al año siguiente y con ayuda de los mismos turcos Vlad Tepez conquista el trono de Walachei y se convierte en Vlad III Tepez, sin dudad una persona sin escrúpulos que toma las oportunidades de donde vengan, usa a los turcos para obtener el poder y meses después ya está en guerra contra ellos, por suceder a su padre recibe el nombre ceremonial de Vlad Draculea.
Desde el principio mostró ser un gobernante extremadamente cruel tanto con sus enemigos como con sus subditos, utilizaba el terror para mantener la “paz” en su reino, cualquier inconformidad era reprimida con ejecuciones publicas usando su método preferido, el empalamiento, lo que lo llevo a ser conocido como “El Empalador”, refinó los medios de tortura y ejecución con el único fin de prolongar la agonía, se tiene por seguro que mató a una de sus dos esposas.
Con ejecuciones como medio de disuasión forzaba a su pueblo, en particular a los gitanos, a enlistarse para combatir a los turcos, en 1998 se descubrió en Suiza un manuscrito de 500 años de antigüedad, fue escrito por dos monjes que lograron escapar justo antes de ser empalados, en el documento describen como fue rodeada una aldea y 300 personas fueron empaladas, 3 mas fueron rostizadas para que sirvieran de alimento a los sobrevivientes, todo esto para forzar a los gitanos a unirse a su causa, se cree que el príncipe probaba la sangre y la carne humana.
Finalmente fue muerto por los turcos en 1476/77, su cabeza cortada y conservada en miel, fue enviada al sultán, su cuerpo decapitado es sepultado en el monasterio de Snagov, cerca de Bucarest, su tumba permaneció intacta hasta que se decidió abrirla el siglo pasado, para descubrir 500 años después que la tumba estaba vacía.
Sin duda un ser tan cruel no pudo ser desterrado de la memoria del pueblo y sus atrocidades fueron recordadas de generación en generación, pero como toda historia que se transmite oralmente fue enriquecida y mezclada con mitos y leyendas, la persona de Vlad Tepez comenzó su transformación y para cuando Bram Stoker lo conoció, el sanguinario príncipe ya bebía la sangre de los bebés para mantener su juventud y la de sus enemigos para obtener sus fuerzas, todo esto mezclado con extrañas leyendas le mostró a Stoker un bizarro mundo, ideal para dar vida a un no menos bizarro personaje; Drácula el vampiro.
“Dracul” es un título de una orden de caballeria y el de su emblema representado por un dragón curvado en sí mismo, al parecer Vlad Dracul fue de los primeros miembros de esta “Ordo Dragonis”: Orden del Dragón, Dracul tomado del latín, pero en el antiguo idioma rumano Dracul significaba “Diablo”.
Vlad Tepez, una muestra de que no importa que tan terrible se quiera hacer la ficción, la realidad es siempre más aterradora.
Los personajes que sobreviven en la historia lo hacen por haber marcado sus vidas con actos de heroísmo, ingenio, bondad o maldad, con el tiempo sus actos son engrandecidos o envilecidos, según la impresión que hayan dejado en el pueblo, el cual al transmitir la historia a través de las generaciones, se va transformando al añadirse la imaginación popular que se mezcla con mitos y leyendas hasta engrandecer a un ser magnánimo, o envilecer a un ser ruin. Sin duda un caso muy representativo es el de Vlad Tepez (o Tepes), obscuro príncipe transilvano del siglo XV que no hubiera pasado de ser uno más de tantos príncipes guerreros que han poblado en gran número la historia europea, de no ser porque sus actos de crueldad extrema quedaron vividamente impresos en la memoria colectiva, actos que mezclados con las tenebrosas leyendas que recorren las aldeas de los Alpes Transilvanos y la Cordillera de los Cárpatos, dieron forma a un ser que traspasó la realidad para convertirse en leyenda, la cual fue retomada 400 años después por Bram Stoker quien la transformó para dar vida a Drácula, el vampiro.
Vlad Tepez nació probablemente en 1431 en Sighisoara, Transilvania, el menor de los dos hijos de Vlad II Dracul, príncipe rumano que toma el trono de Walachei en 1435, punto en constante disputa entre rumanos y turcos, en 1447 Vlad II Dracul y su hijo mayor Mircea, son muertos por los turcos, al año siguiente y con ayuda de los mismos turcos Vlad Tepez conquista el trono de Walachei y se convierte en Vlad III Tepez, sin dudad una persona sin escrúpulos que toma las oportunidades de donde vengan, usa a los turcos para obtener el poder y meses después ya está en guerra contra ellos, por suceder a su padre recibe el nombre ceremonial de Vlad Draculea.
Desde el principio mostró ser un gobernante extremadamente cruel tanto con sus enemigos como con sus subditos, utilizaba el terror para mantener la “paz” en su reino, cualquier inconformidad era reprimida con ejecuciones publicas usando su método preferido, el empalamiento, lo que lo llevo a ser conocido como “El Empalador”, refinó los medios de tortura y ejecución con el único fin de prolongar la agonía, se tiene por seguro que mató a una de sus dos esposas.
Con ejecuciones como medio de disuasión forzaba a su pueblo, en particular a los gitanos, a enlistarse para combatir a los turcos, en 1998 se descubrió en Suiza un manuscrito de 500 años de antigüedad, fue escrito por dos monjes que lograron escapar justo antes de ser empalados, en el documento describen como fue rodeada una aldea y 300 personas fueron empaladas, 3 mas fueron rostizadas para que sirvieran de alimento a los sobrevivientes, todo esto para forzar a los gitanos a unirse a su causa, se cree que el príncipe probaba la sangre y la carne humana.
Finalmente fue muerto por los turcos en 1476/77, su cabeza cortada y conservada en miel, fue enviada al sultán, su cuerpo decapitado es sepultado en el monasterio de Snagov, cerca de Bucarest, su tumba permaneció intacta hasta que se decidió abrirla el siglo pasado, para descubrir 500 años después que la tumba estaba vacía.
Sin duda un ser tan cruel no pudo ser desterrado de la memoria del pueblo y sus atrocidades fueron recordadas de generación en generación, pero como toda historia que se transmite oralmente fue enriquecida y mezclada con mitos y leyendas, la persona de Vlad Tepez comenzó su transformación y para cuando Bram Stoker lo conoció, el sanguinario príncipe ya bebía la sangre de los bebés para mantener su juventud y la de sus enemigos para obtener sus fuerzas, todo esto mezclado con extrañas leyendas le mostró a Stoker un bizarro mundo, ideal para dar vida a un no menos bizarro personaje; Drácula el vampiro.
“Dracul” es un título de una orden de caballeria y el de su emblema representado por un dragón curvado en sí mismo, al parecer Vlad Dracul fue de los primeros miembros de esta “Ordo Dragonis”: Orden del Dragón, Dracul tomado del latín, pero en el antiguo idioma rumano Dracul significaba “Diablo”.
Vlad Tepez, una muestra de que no importa que tan terrible se quiera hacer la ficción, la realidad es siempre más aterradora.
domingo, agosto 03, 2003
NOSFERATU, la sombra del vampiro. I
(Dedicado a Cosette)
En la segunda década del siglo XX el impresionismo de los cineastas alemanes crea algunas de las más memorables obras del cine silente, son los años en que el director F. W. Murnau se obsesiona por llevar a la pantalla la novela de Bram Stoker, “Drácula”. La viuda del escritor pide una buena suma por los derechos, así que se decide filmar la historia pero cambiándole el nombre al aristocrático vampiro, es así como en 1922 nace Nosferatu, la primera de una larga saga de películas de vampiros que continua hasta nuestros días y parece no tener fin.
A 81 años de su creación Nosferatu sigue siendo considerada como la más lograda representación en la pantalla de la novela de Stoker, algo en verdad sobresaliente, brillante gema de un cine puro. Hoy día los grandes estudios de Hollywood invaden al mundo con películas llenas de espectaculares efectos especiales, pero son películas sin alma que al par de semanas de haberlas visto caen en el olvido, me pregunto si “Star Wars”, “ET”, “Terminator”, “Matrix” (solo por nombrar algunas) serán recordadas dentro de 81 años con la misma admiración con que hoy se habla aun de Nosferatu, la verdad no lo creo.
Drácula es creado por Bram Stoker al tomar las leyendas desprendidas de un personaje real; Vlad III Tepez, sanguinario príncipe cuyas atrocidades en su reino de Transilvania, Rumania, a mediados del siglo XV, se mezclaron con los mitos populares que recorren las aldeas para que al paso de los siglos se diera forma a un ser bizarro, al cual Stoker convirtió magistralmente en vampiro-humano: Drácula.
Para la filmación de Nosferatu F. W. Murnau contrata a conocidos actores del incipiente cine alemán, pero para el papel principal el actor elegido era desconocido para sus compañeros, una gran incógnita que aun hoy día persiste pues la personalidad de Max Schreck sigue envuelta en el misterio, lo que ha hecho de Nosferatu no solo una joya de la cinematografía sino también una leyenda, algo de lo que muy pocas películas pueden presumir.
Gran parte de la leyenda de Nosferatu se origina desde la propia filmación debido al misterioso y excéntrico Max Schreck cuyo comportamiento resultaba no solo extraño sino hasta atemorizante para sus compañeros, a quien parecía no molestarle la situación era a Murnau, ya fuese porque era el único que lo entendía o porque sencillamente no le importaba, nadie sabia donde se hospedaba Schreck, simplemente se aparecía a la hora de filmar ya totalmente caracterizado como el Conde Orlock y todos se debían dirigir a él como tal incluso fuera de la filmación, ya que nadie lo maquillaba fue Schreck quien creó la imagen de Nosferatu, sin duda la más atemorizante de todos los vampiros que han recorrido las pantallas, al parecer nadie, excepto Murnau, lo vio sin su caracterización, debido a esto, aunque Schreck hizo algunas películas más después de Nosferatu no se puede asegurar que haya sido el mismo actor pues nadie vio su verdadero rostro, de hecho en sitios dedicados a Max Schreck admiten que no se puede asegurar que ese haya sido su verdadero nombre, se llegó a especular que pudo haber sido Alfred Abel, actor en algunas películas de Fritz Lang pero parece poco probable.
Para asumir totalmente su papel Schreck trataba de comportarse como un vampiro lo haría y pronto los rumores entre los miembros de la filmación comenzaron, se decía que realmente bebía sangre y que en realidad no era un actor sino un bizarro ser encontrado por Murnau viviendo en un ruinoso castillo cuando buscaba locaciones para la película.
En 2000 se filma “La sombra del vampiro” con John Malkovich como Murnau y Willen Dafoe como Schreck, la película intenta mostrar el inusual clima que prevalecía durante la filmación de Nosferatu debido al bizarro comportamiento del protagonista, aunque con buena dosis de ficción, pero que se le permite por el gran misterio que rodea a Schreck, pero más importante que tratar de discernir la personalidad del actor, lo que hay que reconocerle es la magistral creación que hizo de Nosferatu, el que le debe su inmortalidad a la sangre humana, el vampiro por excelencia, nunca igualado, mucho menos superado en su terrorífica imagen, implacable pero noble. Se seguirá especulando sobre la verdadera personalidad del protagonista, pero finalmente solo hay una respuesta: Max Schreck era Nosferatu, el vampiro.
(Dedicado a Cosette)
En la segunda década del siglo XX el impresionismo de los cineastas alemanes crea algunas de las más memorables obras del cine silente, son los años en que el director F. W. Murnau se obsesiona por llevar a la pantalla la novela de Bram Stoker, “Drácula”. La viuda del escritor pide una buena suma por los derechos, así que se decide filmar la historia pero cambiándole el nombre al aristocrático vampiro, es así como en 1922 nace Nosferatu, la primera de una larga saga de películas de vampiros que continua hasta nuestros días y parece no tener fin.
A 81 años de su creación Nosferatu sigue siendo considerada como la más lograda representación en la pantalla de la novela de Stoker, algo en verdad sobresaliente, brillante gema de un cine puro. Hoy día los grandes estudios de Hollywood invaden al mundo con películas llenas de espectaculares efectos especiales, pero son películas sin alma que al par de semanas de haberlas visto caen en el olvido, me pregunto si “Star Wars”, “ET”, “Terminator”, “Matrix” (solo por nombrar algunas) serán recordadas dentro de 81 años con la misma admiración con que hoy se habla aun de Nosferatu, la verdad no lo creo.
Drácula es creado por Bram Stoker al tomar las leyendas desprendidas de un personaje real; Vlad III Tepez, sanguinario príncipe cuyas atrocidades en su reino de Transilvania, Rumania, a mediados del siglo XV, se mezclaron con los mitos populares que recorren las aldeas para que al paso de los siglos se diera forma a un ser bizarro, al cual Stoker convirtió magistralmente en vampiro-humano: Drácula.
Para la filmación de Nosferatu F. W. Murnau contrata a conocidos actores del incipiente cine alemán, pero para el papel principal el actor elegido era desconocido para sus compañeros, una gran incógnita que aun hoy día persiste pues la personalidad de Max Schreck sigue envuelta en el misterio, lo que ha hecho de Nosferatu no solo una joya de la cinematografía sino también una leyenda, algo de lo que muy pocas películas pueden presumir.
Gran parte de la leyenda de Nosferatu se origina desde la propia filmación debido al misterioso y excéntrico Max Schreck cuyo comportamiento resultaba no solo extraño sino hasta atemorizante para sus compañeros, a quien parecía no molestarle la situación era a Murnau, ya fuese porque era el único que lo entendía o porque sencillamente no le importaba, nadie sabia donde se hospedaba Schreck, simplemente se aparecía a la hora de filmar ya totalmente caracterizado como el Conde Orlock y todos se debían dirigir a él como tal incluso fuera de la filmación, ya que nadie lo maquillaba fue Schreck quien creó la imagen de Nosferatu, sin duda la más atemorizante de todos los vampiros que han recorrido las pantallas, al parecer nadie, excepto Murnau, lo vio sin su caracterización, debido a esto, aunque Schreck hizo algunas películas más después de Nosferatu no se puede asegurar que haya sido el mismo actor pues nadie vio su verdadero rostro, de hecho en sitios dedicados a Max Schreck admiten que no se puede asegurar que ese haya sido su verdadero nombre, se llegó a especular que pudo haber sido Alfred Abel, actor en algunas películas de Fritz Lang pero parece poco probable.
Para asumir totalmente su papel Schreck trataba de comportarse como un vampiro lo haría y pronto los rumores entre los miembros de la filmación comenzaron, se decía que realmente bebía sangre y que en realidad no era un actor sino un bizarro ser encontrado por Murnau viviendo en un ruinoso castillo cuando buscaba locaciones para la película.
En 2000 se filma “La sombra del vampiro” con John Malkovich como Murnau y Willen Dafoe como Schreck, la película intenta mostrar el inusual clima que prevalecía durante la filmación de Nosferatu debido al bizarro comportamiento del protagonista, aunque con buena dosis de ficción, pero que se le permite por el gran misterio que rodea a Schreck, pero más importante que tratar de discernir la personalidad del actor, lo que hay que reconocerle es la magistral creación que hizo de Nosferatu, el que le debe su inmortalidad a la sangre humana, el vampiro por excelencia, nunca igualado, mucho menos superado en su terrorífica imagen, implacable pero noble. Se seguirá especulando sobre la verdadera personalidad del protagonista, pero finalmente solo hay una respuesta: Max Schreck era Nosferatu, el vampiro.